lunes, 19 de marzo de 2012

evol

¿En qué momento empieza a ser una relación de otra forma? ¿Cuál es el instante en que algo cambia, que sabes que ya no volverá nunca a ser lo mismo?. He aprendido que una relación hay que cuidarla día a día, porque no te ganas el corazón de una persona desde un principio para siempre. Tienes que ganártelo poco a poco.
Existe un momento en que alguno de los dos piensa, y cambia de actitud. Quizás sea porque se ha acostumbrado a estar contigo y ya actúa como si fueras su hija, alguien que nunca se va a separar de ti. Pero eso no es así. Tienes que llegar al punto medio, llegar y no pasarte, que veas los límites, dar y recibir por igual... Pero eso es complicado, lo sé. Cada persona ha tenido sus experiencias y se enfrenta a algo nuevo según lo que haya vivido, las situaciones que ha tenido que pasar, el dolor, la alegría, los llantos o la felicidad máxima.
El amor no es perfecto, enamorarse sí lo es. Ilusionarse, emocionarse, entusiasmarse...eso es lo que no podemos perder. Me aburren las parejas que se casan por el simple hecho de casarse, que forman una familia y no dejan de discutir con sus parejas, que no tienen ninguna ilusión por llegar a su casa y ver la cara de su mujer, esa persona que es tan importante para él aunque no te des cuenta. Esa persona que tú has escogido entre todas las que hay en el mundo, que habéis decidido formar una familia. Una familia. La gente no se da cuenta de eso. De verdad, no se da cuenta. Pues yo me niego a ser la típica mujer que tiene una familia creada por un hombre al que ama o ha amado sin tener ninguna ilusión de verdad. Me niego a estar casada 20 años para que después de todo haya divorcio y no quieras volver a saber nada de nadie. Es asqueroso. A lo mejor soy una ilusa y con el paso del tiempo me doy cuenta de que no hay otro modo, de que es la única forma. Entonces habrá muerto mi ilusión. De momento, no quiero perder ni un instante más sin esa ilusión. Quiero quererte, no voy a dejar que me dejes jamás. Lo he vivido con mis propias carnes, ese momento en que notas que algo falla, que no quieres esa vida. Al principio te lo niegas mil veces, pero ten por seguro que acabará pasando, y de la peor forma. Y también te aseguro que es lo peor que te puede pasar, el darte cuenta de que no quieres a esa persona tanto como antes, o incluso llegue el momento en que te quites un peso de encima cuando ya no lo tengas. No quiero que eso pase más. Nunca más. He aprendido algo, y es que en el momento en que te preguntas si de verdad quieres a alguien, ya lo has dejado de querer para siempre.

martes, 14 de febrero de 2012

piensa

Es ahora cuando te das cuenta, que da igual lo que pase, lo que te pase, lo que quieras que te pase y lo que no quieras que te pase, que siempre va a ser igual. No intentes cambiar a nadie porque esa persona siempre seguirá siendo la misma, exactamente la misma. Puede que algunos días sean peores y otros en cambio no te alejarías de él ni un segundo. Intenta dar a conocer lo que quieres hacer, porque si te quedas callado nadie adivinará lo que estás pensando, ya lo he notado, nadie te conoce tan bien como para saber siempre en qué estás pensando ni como vas a actuar. Siempre hay alguien que se equivoca, y no por ello tienes que pensar que eres un incomprendido. Cada persona es un mundo, y pienso que cada ser evoluciona física y mentalmente adecuándose a lo que ha vivido y a lo que piensa que le queda por vivir, a sus experiencias y a sus expectativas. Por eso mismo creo que las buenas personas son las que no se preocupan demasiado por vestir a la última, llevar el peinado que esté de moda o llevarse bien con todo el mundo.
Haz una lista con las personas que desde que naciste, han estado siempre contigo, o al menos, gran parte de tu vida. Cuando te quedan la familia y 3 o 4 personas, empiezas a pensar, a pensar en la gente que de verdad merece tu compañía y a la que debes dedicarle más tiempo, a la verdaderamente importante. Piensa en algún problema que hayas tenido, y las personas que se quedan a tu lado. La lista reducirá, seguro. ¿Nunca os habéis imaginado que morís? Pensadlo, ¿que pasaría? O que entras en coma. Pareceré dramática, pero quien me conozca ya está acostumbrado. ¿Qué pasaría entonces? ¿quién vendría a verte? ¿quién no? ¿y quién no vendría por miedo a verte así, de tanto sufrimiento? ¿quién estaría todos los días a tu lado hasta que despertaras?. A veces me gusta imaginarlo. Es entonces cuando te enfrentas a la realidad, y piensas que no te vale la pena llevarte perfectamente con todo el que pase por tu lado, porque prefiero darle una razón para venir a verme si estuviera en coma a lo verdaderamente importante. La familia, esas 3 personas...y él.